Y el tiempo se paró

Y el tiempo se paró - portada

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¿Por qué he escrito “Y el tiempo se paró”?

En mi primera cuarentena en Japón (septiembre de 2020) tuve dos semanas para reflexionar largo y tendido y me dije que, lo de escribir un blog estaba muy bien, pero lo que yo más quería era escribir un libro (o varios). Podría seguir buscando excusas, esperando el momento perfecto para escribir. Pero, ya que el momento perfecto para hacer algo no existe, ¿por qué no usaba esas dos semanas de cuarentena para intentar buscar una idea para mi libro?

Durante mis aventuras en el extranjero me he dado cuenta de que los males del mundo tienen un denominador común: el ser humano, o, más precisamente, la mente de éste. Europa, América, África, Asia u Oceanía. No importa el lugar. La contaminación del planeta, la explotación del rico al pobre, el racismo, la obsesión por el dinero, la infelicidad, las diferencias sociales, el miedo a lo desconocido, el descontento con la realidad, etc. Desde mi humilde punto de vista, todo esto viene motivado por la mente del ser humano o, más bien, por la falta de control sobre ésta. Las emociones y sensaciones llegan sin hacer ruido y, cuando te quieres dar cuenta, ya es muy tarde: has sido controlado por ellas y has hecho algo de lo que te vas a arrepentir el resto de tu vida.

He leído muchos libros interesantes que me han tenido leyendo durante horas seguidas. Libros que me han hecho evadirme de la realidad y adentrarme en mundos mágicos, emocionantes e inverosímiles. Esos han sido muy buenos. Sin embargo, ha habido un puñado de libros que, además de entretenerme, me han ayudado a crecer, a conocerme más a mí mismo, a perseguir mis sueños y a entender mejor el planeta en el que vivo y a los habitantes que lo pueblan. Esos libros me han marcado para siempre.

Mientras reflexionaba en la habitación del hotel de una isla perdida en el Mar de la China Meridional, me dije que a mí también me gustaría escribir uno de esos libros. Quería escribir un libro que fuera interesante y ameno y que, a la vez, ayudara a los lectores a tomar consciencia sobre los males del mundo y sobre la forma en la que podrían contribuir para hacer de éste un lugar mejor. Quería escribir un libro que ayudara a los lectores a reflexionar, a crecer, a perder el miedo a lo desconocido, a salir de la zona de confort, a perseguir sus sueños y a disfrutar de sus vidas mientras cuidan del planeta. Quería escribir un libro que inspirara tanto como esos libros me habían inspirado a mí.

En mi primera cuarentena, una vez la idea del libro tomó forma, tuve que elegir entre continuar escribiendo el blog o dedicar una gran parte de mi tiempo libre a la escritura del libro. Elegí la segunda opción. En mi segunda cuarentena, empecé a escribir el libro. En mi tercera y última cuarentena, logré terminar de escribirlo. «Gracias» a la pandemia mundial he sido capaz de permanecer en Japón no uno, sino dos años. «Gracias» a las múltiples cuarentenas he sido capaz de esbozar, iniciar y finalizar la escritura de «Y el tiempo se paró». Ya sabéis por qué ha nacido este libro. Ahora sólo espero no necesitar de otra pandemia mundial ni de múltiples cuarentenas para escribir el siguiente. 😁✌️

¿Cómo he escrito “Y el tiempo se paró”?

Desde el principio de mi segunda cuarentena (mediados de Febrero de 2021) hasta el final de la última (30 de Enero de 2022), intenté dedicar todos los días un poco de mi tiempo libre a la escritura de “Y el tiempo se paró”. Unos días lograba escribir varias páginas de una vez. Otros, sin embargo, intentar escribir un breve párrafo se me presentaba como la más arduas de las tareas. Nada nuevo, supongo. No todos los días nos sentimos con la misma predisposición o motivación para hacer algo. Del mismo modo, no siempre reaccionamos ante las diferentes situaciones o escenarios como nos gustaría. A pesar de todo, independientemente de mi estado de ánimo o de lo que me hubiera sucedido ese día, siempre intenté encontrar un hueco para escribir un pequeño párrafo o para revisar lo que había escrito el día anterior.

La fuerza de voluntad es una de mis cualidades favoritas en los seres humanos. En mi caso, gracias a mi padre, tengo la suerte de contar con una buena dosis de ella. Su manera de enseñarme a no rendirme nunca y a luchar por mis sueños hasta conseguirlos, ha sido clave para que el libro pase de ser un sueño a conventirse en una realidad. Así, a pesar de que no todos los días lograba escribir tanto como quería ni con la soltura o fluidez que deseaba, nunca dejé de escribir. Gracias a esa fuerza de voluntad, pude compaginar una vida normal (trabajando 8 horas al día) con la escritura de mi primer libro. Durante ese período de alrededor de un año, día tras día, a medida que mis dedos iban plasmando en el documento en blanco lo que mi mente iba imaginando, sentía la felicidad en forma de recompensa.

El tiempo de escritura de “Y el tiempo se paró” ha sido de alrededor de un año. Una vez finalizado, pasé varios días intentando elegir la mejor vía para publicarlo. Teniendo en cuenta que (todavía) no soy Paulo Coelho o Antoine de Saint-Exupéry, tuve la sensación de que las editoriales no me recibirían con los brazos abiertos y de que, con toda probabilidad, no se pelearían entre ellas por publicar mi libro. Me decidí a corregir y maquetar el libro por mí mismo. No tenía ninguna prisa ni nada que perder. Al contrario, hacer parte del trabajo de las editoriales por mí mismo, me ayudaría a entender mejor cuáles eran los pasos necesarios para pasar de un borrador a un libro publicado. Y vaya si lo entendí…

Faltas de ortografía, número de palabras por párrafo, redundancia en el uso de las palabras, presentación, márgenes, sangría, estilo, etc. Cada vez que pensaba que esa era la definitiva, que ya no habría más correcciones y que por fin podría publicar mi libro… ¡boom! De la nada aparecía un minúsculo detalle que, cual shinobi, se las había ingeniado para pasar desapercibido frente a mi filtro de palabras. Este pequeño diablo sigiloso me obligaba a repasar y comprobar todo de nuevo 😅.

La escritura, corrección y maquetación de “Y el tiempo se paró” no fue lo único que hice por mí mismo. Ya que estaba, me dije que podría revivir mis épocas de niño en las que el dibujo era una de mis pasiones e intentar dibujar mi propia portada. Tener pasión por algo no quiere decir que seas bueno en ese algo, más aún si han pasado lustros desde que ejercías esa pasión 🤣. Aun así, con todo lo que había recorrido y siendo mi primer libro, ¿qué sentido tenía dar marcha atrás y dejar que un ser externo se encargara de algo tan importante y personal como el diseño de la portada de mi libro?

Mi madre y mi hermana se prestaron voluntarias (¿acaso tenían elección?) para leer los diferentes borradores de “Y el tiempo se paró”. Aunque estoy seguro de que no fueron totalmente imparciales, sus correcciones y consejos me ayudaron a mejorar el contenido y la presentación del libro. Gracias a ellas, mi escritura dio un salto de calidad y, al igual que mi padre, ellas tienen parte de culpa de que mi primer libro pueda por fin ver la luz 😃.

¿Dónde se puede adquirir “Y el tiempo se paró”?

Si has llegado hasta aquí, probablemente te hagas una idea de qué trata esta sección. Teniendo en cuenta que era mi primer libro y que me había encargado de la escritura, corrección, maquetación y portada, y de que no le tenía mucha fe a ver mi libro en los escaparates de las grandes librerías del país, decidí, al menos durante las primeras semanas o meses del libro, venderlo en Amazon España, tanto en versión de papel como en formato electrónico. También es posible encontrarlo en Amazon.com (para aquellos que viven fuera de España).

No soy muy fan de observar como una única empresa se va enriqueciendo a pasos agigantados a medida que va absorbiendo a los competidores hasta convertirse en un monopolio mundial. Una vez en la cima, sin nadie que pueda obstaculizar sus acciones (o precios de mercado), puede terminar desviándose un poco del camino ético que era su faro cuando apenas empezaba a dar sus primeros pasos como empresa. Entiendo que con mi acción de vender “Y el tiempo se paró” en esta plataforma (y con los productos que compro a través de ella), yo también estoy contribuyendo a que Amazon se acerque cada vez más al lado oscuro.

Dicho esto, aunque la razón principal por la que decidí escribir el libro era por cumplir uno de mis sueños (desde que tengo uso de razón siempre quise escribir uno o varios libros) y por acercarme un poco más al selecto grupo de todos aquellos y aquellas que han plantado un árbol, escrito un libro y tienen un hijo/a (este último se me está resistiendo un poco más), la realidad es que, además, me gustaría que mi libro se vendiera. Y ahí, en este momento, con todas mis circunstancias, entiendo que Amazon es la mejor opción.

Esto no quiere decir que sólo vaya a vender mi libro en el omnipresente titán de Jeff Bezos. A día de hoy, afortunadamente, aquellos que no cuenten con el visto bueno de las editoriales, cuentan con varias plataformas para vender sus obras online. He investigado brevemente algunas de ellas y, en el futuro, mi idea es que “Y el tiempo se paró” se pueda comprar no sólo en Amazon, sino en otras webs alternativas. Hablando de futuro, para aquellos que siguen el blog, se les hará un poco raro encontrar un post en castellano.

Soy consciente de que si escribo el libro en inglés, éste puede llegar a un mayor número de lectores (esta es la razón por la que el blog está escrito en la lengua de Shakespeare). Sin embargo, en esta ocasión, siendo mi primer libro, quería que, por encima de todo, mi familia fuera capaz de leerlo y disfrutarlo en su lengua materna. Por esta razón, la primera versión de “Y el tiempo se paró” ha sido escrita en castellano. No obstante, espero publicar la traducción al inglés en algún momento del próximo año 😁.

Hasta ese momento, a todos aquellos que no son castellano parlantes, les animo a que sigan esforzándose con Duolingo para que puedan leerlo pronto 😉. Y a ambos grupos, castellano parlantes y no castellano parlantes, además de darle las gracias por leer este post, les animaría a que lo compartieran para que llegue a cuantas más personas mejor porque, quién sabe, gracias a vosotros/as, quizás algún día “Y el tiempo se paró” o algún otro de mis libros aparezca en los escaparates de las grandes librerías del país 🥳. 

P.D: Si decidís comprar el libro, por favor, dejad una reseña en la sección del propio libro en Amazon, me ayudaréis un montón! Muchas gracias 🙂

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